Cruzar el puente del cauce apacible de la Malena, es sentir en los jardines del alma la brisa de la tierra fértil de Patillal. Quedan atrás, alrededor de la carreta, el paisaje los arboles de trupillos (típicos de los terrenos áridos), ahora se ven los patios floridos y la amistad de la gente que con sus miradas amables brindan saludos de bienvenidas.
Si la llegada es en diciembre, los colores de las cometas sobre nubes rosadas invitan al visitante a recordar al poeta Fredy Molina, con su inmortal canción: Tiempos de la cometa. Si el silbido de pájaros pintan el aire, entonces se recordará el nombre del compositor José Hernández Maestre: “Patillal es como una melodía…”. Si se mira el cielo se siente un ritornelo con los versos de Rafael Escalona y de Tobías Enrique Pumarejo.
Si la llegada es en diciembre, los colores de las cometas sobre nubes rosadas invitan al visitante a recordar al poeta Fredy Molina, con su inmortal canción: Tiempos de la cometa. Si el silbido de pájaros pintan el aire, entonces se recordará el nombre del compositor José Hernández Maestre: “Patillal es como una melodía…”. Si se mira el cielo se siente un ritornelo con los versos de Rafael Escalona y de Tobías Enrique Pumarejo.
Este año estuve en el festival en homenaje al cantor Poncho Zuleta, ese trovador impar, parrandero inagotable en las montañas de Old Parr. Como todos los años, la muchedumbre de los visitantes y de músicos se apoderó de Patillal. En el concurso de la canción inédita, la mayoría de los compositores le rindieron honores al cantor Homenajeado; pero es necesario recordarle a los jurados de la primera ronda que el concurso es de música vallenata, sin embargo entre las 22 canciones le dieron el quinto mejor puntaje a un pasaje llanero cuya estructura poética es la típica trova llanera con la misma rima para todas las estrofas: (fantasía, alegría, coronaría, mía, sería…).
Si fue la única mujer participante como autora y vino de Villavicencio, la Directiva pudo invitarla a una presentación oficial con su música llanera, pero no a concursar porque es una burla con los reglamentos del concurso y los demás participantes que si presentaron canciones vallenatas. Errores que no deben repetirse.
Si fue la única mujer participante como autora y vino de Villavicencio, la Directiva pudo invitarla a una presentación oficial con su música llanera, pero no a concursar porque es una burla con los reglamentos del concurso y los demás participantes que si presentaron canciones vallenatas. Errores que no deben repetirse.
Pero Patillal es Patillal, paraíso de cantores y poetas. Reencuentro de la amistad y el folclor vallenato. Los patillaleros nativos y adoptivos se prepararon para desmostar sus virtudes de anfitriones. Cada casa era un edén de abrazos, de tertulias, de canciones, y en el aire fluían los vapores de guisos de chivos, de chicharrones, carne asada y los aromas del whisky.
En lugar de tertulia, estaba el maestro en buen retiro, Alberto Hinojosa, ahí alejado de los acordeones demostró su afición por la poesía y la lucidez de su memoria al recitar algunos fragmentos del discurso que el escritor José María Vargas Vila pronunció frente a la tumba en Caracas del poeta colombiano, Diógenes Arrieta, el 7 de agostos de 1987:
“… La grandeza de este muerto, proscribe de aquí la religión; no hay aquí más rito, que el rito del cariño; no oficia aquí, sino un sacerdote: el dolor; suplamos las preces de la piedad, con las preces de la amistad;
¡oh! el gran muerto; ya se hundió en la sombra eterna, en la tiniebla insondable, en el abismo infinito; la fe cree ver el vuelo de las almas, en la región oscura de ultratumba, en un viaje mitológico hacia no sé qué lejano horizonte poblado de quimeras;..Nada es la muerte, es el descanso eterno…; la infinita calma… la quietud suprema… ¡el Nirvana Redentor!; el sueño del cual nunca se despierta, en brazos de la madre primitiva; ¡felices los que se prenden, primero que nosotros, al pezón inagotable de esa madre, siempre joven! … Aquel que dijo a Lázaro: ¡Levanta! No ha vuelto en los sepulcros a llamar; ¡no llamará en el tuyo! ¡Duerme en paz!”.
¡oh! el gran muerto; ya se hundió en la sombra eterna, en la tiniebla insondable, en el abismo infinito; la fe cree ver el vuelo de las almas, en la región oscura de ultratumba, en un viaje mitológico hacia no sé qué lejano horizonte poblado de quimeras;..Nada es la muerte, es el descanso eterno…; la infinita calma… la quietud suprema… ¡el Nirvana Redentor!; el sueño del cual nunca se despierta, en brazos de la madre primitiva; ¡felices los que se prenden, primero que nosotros, al pezón inagotable de esa madre, siempre joven! … Aquel que dijo a Lázaro: ¡Levanta! No ha vuelto en los sepulcros a llamar; ¡no llamará en el tuyo! ¡Duerme en paz!”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario